Hay momentos en los que la vida política nos regala escenas tan surrealistas que bien podrían parecer sacadas de una serie de humor. ¿El último capítulo? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizó un episodio digno de ‘La que se avecina’ cuando, en la ONU, parece que esperó con ansias una foto con Anne Hathaway que nunca llegó. ¿Estamos ante una nueva modalidad de “estafa”? Lo cierto es que este caso nos recuerda inevitablemente a esas personas que envían dinero a falsos famosos en internet, creyendo que han establecido una conexión personal con alguien que en realidad nunca existió.

El ansiado momento que nunca llegó

Todo comenzó en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde Pedro Sánchez, con esos aires de elegancia y diplomacia que se gasta, buscaba una foto con la estrella de Hollywood Anne Hathaway. Al menos, eso es lo que pensábamos. Ya saben, esas instantáneas que después se publican en redes sociales con un texto que rezuma glamour y diplomacia: “Junto a Anne Hathaway, trabajando por un mundo mejor”. Pero no, esa foto nunca ocurrió.

Y es que mientras Sánchez, presumiblemente, estaba preparado para capturar el momento estelar, Hathaway se esfumó como la estabilidad de un gobierno en coalición. Las redes no tardaron en explotar con memes, risas y mucho cachondeo. ¿El gran líder ibérico plantado por una actriz estadounidense? Lo que podía ser un gesto diplomático se transformó en un desaire monumental.

El precio de la foto (inexistente)

Si bien no pagó literalmente por la foto, bien podríamos pensar que el precio fue otro: su orgullo. Quizá Pedro no hubiera tenido que ir tan lejos para su anhelada imagen; con un par de llamadas, seguro que le conseguían una cita con Belén Esteban, que para estos asuntos tiene más mano y menos complicaciones.

Pero ¿realmente sorprende? Mientras España sigue lidiando con la inflación, las tasas de paro y la crisis de la vivienda, parece que a Sánchez le interesan más los flashes de las estrellas de Hollywood que los problemas de sus ciudadanos. Y claro, si Anne te deja plantado, al menos que todo el mundo se ría contigo, ¿no?

Óscar Puente y la foto que nunca fue

Lo que podría haber quedado en una simple anécdota desafortunada se tornó aún más ridículo cuando uno de los ministros de Sánchez, Óscar Puente, decidió adelantarse a los hechos y presumir de una fotografía con Hathaway… que nunca ocurrió. Con el ímpetu propio de alguien que confunde la realidad con el deseo, el ministro en cuestión no pudo resistir la tentación de vanagloriarse antes de tiempo, alardeando de un evento que aún no había tenido lugar.

Sin embargo, como bien sabemos, el karma no perdona. El plantón de Hathaway no solo dejó a Sánchez sin su ansiada imagen, sino que además dejó en ridículo a todo su equipo, que ya contaba con la instantánea como parte de su arsenal de propaganda. Lo que pretendía ser una exhibición de poder y reconocimiento internacional terminó siendo un ejercicio de arrogancia política que acabó con memes circulando por Twitter más rápido de lo que cualquier gabinete de prensa podría mitigar.

Pedro Sánchez y las señoras estafadas: un nexo común

Tanto la anécdota de Pedro Sánchez como la de las señoras estafadas nos dejan una gran lección: en la vida, ya sea en la política o en el amor, hay que tener cuidado con lo que pagas. Porque, aunque la moneda en cuestión no siempre sea dinero, a veces el coste puede ser tu dignidad.

Pedro Sánchez, en su papel de líder mundial, quizás se sintió un poco como esas señoras. Esperaba un momento de gloria, una imagen que lo inmortalizara junto a Anne Hathaway. Pero lo que recibió fue el vacío, el desaire. Anne, como un “Brad Pitt” en una estafa digital, desapareció sin más. Y Pedro, como las señoras estafadas, se quedó con las manos vacías.

¿Qué es más absurdo?

Pero aquí viene la gran pregunta: ¿qué es más absurdo? ¿Pagar dinero a un estafador que se hace pasar por Brad Pitt o esperar que una actriz de Hollywood te dedique unos segundos para una foto diplomática? Es un dilema tan absurdo como real. Y en ambos casos, lo único que queda son las risas de los demás.

Las redes no perdonan

Las redes sociales no tardaron en hacer lo que mejor saben: reírse de la desgracia ajena. Pedro Sánchez se convirtió rápidamente en blanco de bromas y memes. Algunos usuarios especulaban con la posibilidad de que, en lugar de Anne Hathaway, Sánchez debería haberlo intentado con Leonardo DiCaprio o ¡tachán! con Brad Pitt. Aunque, visto lo visto, es probable que tampoco le hubiera salido bien.

Uno de los comentarios más ingeniosos en Twitter decía: “Si Sánchez se empeñara tanto en mejorar la sanidad como en hacerse fotos, tendríamos el sistema de salud de Suiza”. Las burlas no cesaron, y pronto el desaire de Anne Hathaway fue trending topic, acumulando cientos de comentarios que lo convertían en el nuevo meme del mes.

La moraleja de esta historia

Llegamos al final de esta historia de desengaños y pagos fallidos. La lección está clara: ya sea por una foto con Anne Hathaway o por una falsa promesa de amor con Brad Pitt, hay que pensarlo dos veces antes de desembolsar lo que sea, aunque sea solo el orgullo.

Y, sinceramente, si alguna vez te encuentras en una situación similar a la de Pedro Sánchez o a la de las señoras estafadas, recuerda este consejo: si te ofrecen una foto o una historia de amor a cambio de algo, piénsalo bien. Quizá sea mejor invertir en algo más real… no sé, ¿en unas entradas para ver la nueva película de Santiago Segura? Él, al menos, no da plantones ni gasta dinero público en aviones privados.