Si el cine nos ha enseñado algo, es que King Kong solo se pone agresivo cuando se siente amenazado o incomprendido. Algo parecido ocurre con el Delegado del Gobierno en Madrid, que, según la presidenta Isabel Díaz Ayuso, parece estar en una transformación gradual hacia el mítico gorila gigante… pero en versión política y mucho más persistente.

“Como el Delegado del Gobierno me siga persiguiendo en los desayunos, se va a poner como King Kong”, soltó Ayuso con esa chispa que la caracteriza. Y es que la situación parece digna de una comedia de enredos, donde el Delegado aparece en cada evento de la presidenta como un personaje secundario que, a cada escena, acumula frustración… hasta explotar. O más bien, ponerse, digamos, como el Kiko. ¿Qué será lo próximo? ¿Verlo trepando por el edificio de la Puerta del Sol?

El Delegado del Gobierno ha convertido los actos de Ayuso en su escenario preferido para buscar confrontación. Cada vez que la presidenta organiza un evento, ahí está él, listo para protagonizar lo que parece una edición diaria de… indiferencia. Si esto fuera una sitcom, lo veríamos entrar por la puerta mientras la presidenta, con la taza de café en la mano, le dice: “Buenos días, Francisco, ¿listo para otro zasca?”, mientras el público ficticio ríe de fondo.

Si la cosa sigue así, podríamos estar ante una evolución casi cinematográfica. Primero, los desayunos. Luego, el Delegado en modo King Kong, trepando por los edificios de Madrid, suplicando algo de atención de las cámaras que inevitablemente siguen a Ayuso en cada acto. Si alguna vez soñó con ser el protagonista, lo está intentando, pero corre el riesgo de acabar convertido en una figura más cercana al famoso gorila que a un funcionario respetado.

Tal vez el Delegado esté atravesando una “mutación política”, dejando su rol gubernamental para convertirse en el “vigilante no oficial” de los actos de Ayuso. ¿Es que acaso aspira a ser la estrella invitada en cada uno de ellos? Si busca protagonismo, lo está consiguiendo, pero con el peligro de transformarse en el antagonista de la película.

Pero, volviendo al centro de la escena, Ayuso, con su fina ironía y su estilo desenfadado, sigue demostrando que ni un Delegado recurrente puede empañar su liderazgo. Puede intentar colarse en sus actos, lanzar miradas o comentarios incómodos, pero siempre será la presidenta quien tenga la última palabra, y cómo no, la mejor frase para los titulares.

Porque, al final del día, si alguien ha dejado claro que está por encima de las confrontaciones constantes, es Isabel Díaz Ayuso. Y si algo no nos sorprendería, sería verla darle la bienvenida al próximo desayuno con una gorra de King Kong y un sonoro: “¿Tú otra vez?”

En esta película, el Delegado puede seguir acudiendo a los desayunos que quiera, pero todos sabemos quién es la verdadera protagonista. Al final, será Ayuso quien, con una sonrisa y una frase afilada, demostrará que, aunque te sigan en cada desayuno, la ironía y el ingenio siempre ganan.